Algunos deciden ser padres porque ya han hecho su carrera, se han casado y es el paso que sigue. A otros les llega por sorpresa. Las circunstancias son infinitas, pero ¿realmente nos preguntamos cuáles son los verdaderos motivos que nos llevan a traer al mundo una nueva vida?.
A los bebés nadie les pregunta si quieren venir al mundo, somos los padres que ante la llamada del instinto (o no) decidimos tener un hijo. Por cierto, una vez que se despierta el famoso instinto maternal y paternal queremos un bebé… y lo queremos ¡ya!, jejejjejejje.
La decisión de ser padres no es para tomar a la ligera. Nuestro futuro hijo merece ser fruto de una decisión madura, consensuada y sobre todo producto del amor.
Cada cual tendrá sus propias razones, pero nosotros, que en eso seguimos siendo chapados a al antigua, preferimos el rollo un poco cursi del proyecto en común, el deseo de tener descendencia, verse reflejado en los hijos y demás tópicos.
Por todo esto el Rayito o la Lanita ya está en camino y si todo sale bién a finales del próximo Enero vendrá al mundo.